Aledo Soriano, Juan

EL SINAIA Y EL EXILIO MEXICANO

El pasado viernes 13 de Junio se cumplieron 75 años de la llegada a Veracruz del buque a vapor Sinaia y 

los últimos supervivientes de este transporte celebraron en la ciudad mexicana la efeméride [1].  Fue éste el primer barco organizado por los Gobiernos de México y de España en el exilio para transportar al país americano republicanos que se encontraban refugiados en Francia tras la derrota. El buque partió de Sète (Rosellón) fletado por el SERE [2] y la organización mexicana CTARE [3], el 25 de mayo de 1939 y llegó al puerto de Veracruz en México diecinueve días después. En total embarcaron 307 familias, 1599 personas, la mayoría (953) hombres mayores de 15 años que habían aceptado la oferta del presidente de México, Lázaro Cárdenas, de ser acogidos. La travesía suponía para todos estos españoles un billete de ida hacia una nueva vida y para la mayoría sin vuelta a su tierra.

Entre ellos viajaba Juan Aledo Soriano, un albañil-constructor nacido en Mazarrón en la calle Alcalá según su acta de bautismo de la Parroquia de San Antonio de Padua el 25 de Abril de 1907. Sus padres eran de Totana y Cartagena, y en la década de 1920 emigró a Catalunya como tantos otros mazarroneros empujados por la falta de recursos en su pueblo natal. Fue en Barcelona donde desempeñó su actividad política y sindical militando en la UGT desde 1929. Cuando estalló la Guerra Civil se incorporó a las milicias de la UGT en Barcelona siendo desde agosto de 1937 Teniente de Ingenieros de la 2ª Compañía del 27 Batallón de Obras y Fortificaciones. Combatió en los frentes de Monte Sillero y en la retirada de Aragón. Acabada la guerra se exilió a Francia pasando la frontera por Puigcerdà (Girona) siendo internado como el resto de españoles en los campos de refugiados franceses. Estuvo en el campo de Barcarés y en el de Septfons.

Fue desde este campo de donde al parecer salió para embarcar en la expedición del Sinaia, un detalle que le evitaría posiblemente correr la misma suerte que otros muchos republicanos que acabaron pasando por las CTE y que finalmente cayeron presos de los nazis.

México acogió con los brazos abiertos a los exiliados españoles, en parte por la apuesta pro-republicana de Lázaro Cárdenas y en parte por la riqueza que suponía su llegada e integración a la sociedad mexicana, ya que entre ellos había intelectuales y mano de obra cualificada.  Pero para Juan, como para el resto de españoles, las cosas no serían siempre fáciles en su país de acogida. Tras su llegada a Veracruz, el 17 de Junio un grupo de 140 españoles, 99 hombres, 27 mujeres y 14 niños menores de 14 años, y entre ellos Juan, fueron seleccionados por el CTARE y transportados en un tren nocturno a Pachuca, la capital del estado interior de Hidalgo, a 96 km de Ciudad de México.

Su destino era trabajar en colonias agrícolas y en otros proyectos del Gobierno mexicano en la región. Allí en Pachuca, como sucede en toda comunidad a la que se incorpora un número significativo de emigrantes o exiliados, se desató un cierto clima de hostilidad hacia los forasteros, los trabajadores mexicanos advirtieron que los españoles podían suponer una competencia por la ocupación de cargos de responsabilidad desplazándolos a puestos de trabajo de menor importancia, y esto supuso un enfrentamiento abierto entre ambas partes.

La tensión llevó a Juan y a Andrés Pol Puig, otro exiliado republicano natural de Arenys de Mar (Barcelona), que trabajaban como encargados de obras, el mazarronero en un colegio y el catalán en la presa de la Esperanza en Tulancingo, a ponerse en contacto con el Doctor José Puche, responsable de la gestión de los exiliados españoles en México, y mostrarle su inquietud. José Puche escribiría más tarde, el 16 de septiembre de 1939, a Antonio Aparicio, el dramaturgo español exiliado también en México D.F., refiriendo la dificultad en la que estos refugiados españoles se encontraban:

“por encontrarse completamente aislados pues se hallan trabajando únicamente los citados en las obras de referencia, tienen el temor muy fundado, dado el cargo que ocupan, en que necesariamente tienen que mantener una actitud enfrente de la clase obrera integrada en su totalidad por mexicanos en defensa de los intereses de esta Nación, de ser objeto de algún atentado contra su vida”.

Del mazarronero Juan Aledo Soriano no disponemos de mucha más información, no sabemos cuál fue su itinerario personal a partir de esos momentos de crisis. Sí que sabemos que, como la mayoría de españoles exiliados en México, adquirió la doble nacionalidad, el 25 de Febrero de 1940, y que su última residencia conocida estaba en el estado del Norte de México de Chihuahua en Diciembre de 1940. Podemos suponer que Juan llegara a integrarse en la sociedad mexicana como muchos otros compatriotas, llegando al punto de identificarse plenamente con el país de acogida más que con su tierra de origen, o que el drama del exilio lo convirtiera como a otros muchos en apátrida sin futuro.

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[1] Noticia

http://internacional.elpais.com/internacional/2014/06/14/actualidad/1402...

[2] SERE: Servicio de Emigración (o Evacuación) de los Republicanos Españoles, organismo creado por el Gobierno de la República Española en Francia adscrito a la dirección de Juan Negrín

[3] CTARE: Comité Técnico de Ayuda a los Refugiados Españoles encabezado por el doctor José Puche Álvarez (Director General de Sanidad del Gobierno Republicano durante la Guerra Civil) y cuyo objetivo sería recibir, alojar, proporcionar auxilio y distribuir a los inmigrantes por el territorio mexicano.